¿Llegaran
algún día? Ni siquiera sabe por que las espera, hace media hora que
se podría haber ido; sin embargo, las está esperando aquí sentada.
El banco es súper incómodo y viejo, desde luego tendrían que poner
unos más nuevos, piensa Blanca. Decide llamar a Paula, seguro que
ella le coge el teléfono, está todo el día pendiente de él. Inés
y Julia, en cambio, pasan totalmente y muchas veces lo llevan
apagado. Marca el 5, el número de marcación rápida que tiene para
Paula. Suena un bip, espera y antes del segundo, Paula lo coge:
- ¿Si?
- Hola Paula, ¿se puede saber donde os habéis metido?
- Lo siento, es que una no puede arreglarse en tan poco tiempo.
- ¿Arreglarse? Si vamos a ir a la biblioteca a estudiar.- Blanca se extraña, ¿Para que se habrá arreglado? ¿ Ira a hacer como siempre y escaquearse?
- Nada, tonterías mías, bueno que ya voy.- Y cuelga. Por poco se le escapa, y ahora Pilar sospecha ¿o no?
Blanca
no comprende nada, no sabe a que viene esa actitud tan misteriosa de
su amiga, espera que no tarden mucho más en venir y que puedan
aclarar de que se trata eso de lo que su amiga no quiere hablar.
La
verdad es que habían quedado para estudiar en la biblioteca, pero
esa no era la verdadera intención de ninguna de las cuatro, solo
ponen esa escusa para pasar un rato juntas. A Blanca le gusta mucho
la biblioteca, pero no por que allí se estudie, sino porque hay un
montón de libros. Leer es una de las cosas que más le gustan, sin
duda alguna. Le parece que cada libro es una historia en la que
sumerge y cuando empieza por el capítulo uno, no puede parar hasta
el final. Normalmente, en los libros de amor, siente envidia por la
protagonista, ya le gustaría a ella vivir una historia de amor así.
Supone que algún día la vivirá, tarde o temprano.
A
lo lejos se ve a su amiga Julia, siempre llega la última, dice que
así no tiene que esperar a nadie, pero parece que hoy a cambiado de
opinión o simplemente creía que iba allegar la última, pero no es
así.
Se
acerca lentamente, sin prisa ¿Para que tenerla? Para todo hay
tiempo, no hay que darse prisa, sobre todo si es para estudiar.
Lleva
una camiseta donde pone I love
NY y
una falda vaquera de tablas. No va muy arreglada, excepto por la
cara, la lleva demasiada maquillada. Además lleva unos tacones con
plataforma altísimos. Pilar piensa que Julia no debería haberse
arreglado tanto, solo van a ir a estudiar.
Julia pasa de largo, que extraño,
parece que no la ha visto. La verdad es que el banco en el que está
sentada Blanca está un poco escondido con los matorrales y las mesas
del bar de al lado, pero no tanto como para que Julia no le haya
visto.
Se
levanta y va corriendo a avisar a Julia que en este momento está
cruzando el paso de cebra. Va a paso ligero, pero aun así no
consigue llegar a tiempo y el semáforo se pone en rojo. Uff, no la
va a alcanzar,¿Se salta el semáforo?No, hay demasiados coches
circulando. Blanca sigue con la mirada a Julia para no perderla de
vista, esta se mete en una tienda de ropa. ¿Pero que hace? Habían
quedado en el parquecito donde Blanca estaba sentada, ha pasado de
largo y se ha metido a comprarse ropa. Está empezando a cansarse,
¿que les pasa hoy a sus amigas?
Decide llamar a Inés, y si no se
lo coge piensa irse a casa. La busca en la agenda, le da al botón
verde y espera a que lo coja. Pasan algunos segundos y la chica no lo
coge. Se acabó, se va a su casa. Le parece que cerca de aquí hay
una parada de autobús. A sí, ahí se ve la parada, ¡y el autobús
ya llega! Tiene que darse prisa o lo perderá, y seguro que el
próximo tardará un montón en venir. Se quita los tacones, que son
muy incómodos para correr y empieza a aligerar el paso, sin darse
cuenta tropieza con algo y se cae. Cuando se levanta, se sorprende
al observar que con lo que se ha tropezado es con un chico, muy mono
por cierto. El chico la ayuda a levantarse.
- Siento mucho el tropiezo.- Dice el chico. No parece que lo sienta mucho, por que tiene una sonrisa de oreja a oreja, aunque la verdad es que la sonrisa es preciosa.
- No pasa nada, no me ha dolido.- Aunque la verdad es que le ha dejado el tobillo un poco fastidiado.
- Por cierto, me llamo Álex, Alejandro en realidad. Álex solo me llaman las personas más queridas, por eso tú también me puedes llamar así.- Vuelve a sonreír.
- A bueno..., pues..., encantada Álex, soy Blanca.- El chico tiene mucha cara, se le nota que lo único que quiere es ligar. Pero Blanca es bastante tímida algunas veces y no ha sido capaz de decirle algo como: ¿De que vas? Bueno, es bastante tímida y además es que el chico es tan mono que cualquiera lo deja escapar.
- Una pregunta, ¿vas por la calle sin zapatos porque...?- Blanca no se había dado cuenta hasta ahora de que los tacones que antes se había quitado se han caído es un charco. ¿ Hoy es su día de mala suerte?
- Porque me los quité para correr y ahora se me han mojado.
- A, ¿ También eres deportista? Ja,ja. Oye, ¿Por que no te subes en mi moto y te llevo a tu casa?
A Blanca le parece que están
teniendo demasiada confianza para ser dos completos desconocidos,
pero es que no puede separarse de esos ojos castaños, del mismo
color que su pelo ondulado, ainss. Como hipnotizada acepta y se
monta en la moto. Nunca antes se había montado en una, ¿ Adonde se
agarra? Piensa en preguntárselo a él, pero le da vergüenza que
piense que es una tonta. Antes de que pueda decidir si preguntárselo
o no, Álex le coge las manos y se las pone alrededor de su cintura.
¿ No hay otro sitio donde agarrarse? Parecen dos novios, aun así
Blanca piensa que tiene que ser normal, ella no tiene experiencia con
las motos. Pensándolo mejor , es que no tiene porque tener
experiencia, ¡Solo tiene trece años! Bueno, hoy cumple catorce. Ni
siquiera puede conducir una moto todavía, pero Álex sí ¿Cuántos
años tendrá? Por lo menos dieciséis. Ya se lo preguntará después.
Mientras tanto ya se han alejado bastante de la parada de autobús
donde se han conocido y donde se ha montado en su moto para ir a no
se donde. Por que desde luego por ahí no se va a su casa. Debe
decírselo, no puede dejar que un desconocido que la ha montado en su
moto la lleve a donde a él le parezca. Pero le da miedo decirle que
se está equivocando de dirección. Pude que sea un secuestrador, y
que cuando se enteré de que Blanca sabe sus verdaderas intenciones,
se ponga bruto y la meta en un saco, la encierre en un maletero o
algo por el estilo.
Blanca lo piensa mejor, que tonta
es. ¿Un chico de dieciséis años aproximadamente secuestrador?
¿Metiéndola a ella en un maletero?
No puede ser, cada vez está más
loca. Se lo habrá pegado Paula, ella desde luego esta muy loca.
Ahora Álex se para ¿Hemos
llegado? ¿Pero a donde? ¿No se suponía que la iba a llevar a su
casa?
Vaya, un montón de preguntas y
ninguna respuesta.
Álex se quita el casco y le
indica que se baje. A Blanca le cuesta bastante bajarse, tiene que
pasar un pierna por detrás y después dar un pequeño salto, todo
esto sin perder el equilibrio... ¡Y con lo que pesa el casco!
Después baja él, pega la moto
un poco más a la acera y le pone el candado. Blanca le sujeta el
casco, que pesa una barbaridad,más que el que se había puesto ella.
A continuación el chico le quita el casco de encima y le da la
mano. Blanca se pone roja, que caradura es este chico. Álex la
arrastra hasta un garaje con graffitis en la puerta. Le cede el paso
para que entre, pero ella no se atreve ¿A donde van? Que remedio,
entrará y si ve algo raro saldrá chillando y corriendo, eso hará.
Las luces están apagadas, de
repente se encienden, las habrá encendido Álex.
Blanca se queda sorprendida al
ver lo que tiene delante de sus ojos.
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